Para empezar desde el principio, decir que una Sicav es una empresa, mientras que un Fondo de Inversión es un instrumento financiero, y aunque tanto los fondos de inversión como las Sicavs se engloban dentro de los productos financieros catalogados como instituciones de inversión colectiva y, de algún modo, podrían considerarse productos asimilables, existen algunas diferencias en cuanto a su estructuración y tratamiento fiscal que hacen que, en determinados casos, estemos ante vehículos de inversión totalmente distintos.
Principales diferencias de cara al inversor:
- La personalidad jurídica que presenta cada una, ya que una Sicav es una sociedad anónima y un fondo de inversión carece de personalidad jurídica propia.
- En ambos casos la tenencia de participaciones o acciones (dependiendo de si es un fondo o una sociedad) no tributa hasta que no se produzca el reembolso definitivo de las mismas.
- Llegado el momento de reembolso definitivo, el inversor tendrá una retención de un 19% que después se ajustará al tipo aplicable en su declaración.
- En el caso de los Fondos de Inversión tan sólo se tributará por las ganancias patrimoniales, tributándose, por tanto, en la base imponible del ahorro, no en la base imponible general. En el caso de las Sicav el rendimiento será considerado reparto de dividendos. Estos dividendos sí que tributan en la base imponible general
- El fondo ofrece la enorme ventaja de que se puede traspasar el capital de uno a otro sin peaje fiscal.
Como conclusión, indicar que tanto el fondo como la Sicav nos parecen productos adecuados para gestionar eficazmente los ahorros.
Sin embargo, los fondos de inversión puede que sean un producto más recomendable tanto para los pequeños ahorradores como para las grandes fortunas debido a su mayor accesibilidad y por contar prácticamente sin limitaciones a la hora de contratarse, traspasarse o reembolsarse.
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